El cielo de la tarde se ha incenciado
Alicante en el apocalipsis fulgurante
la llamas del cielo en coro volcánico
lavas evaporadas en rojos, carmines y grises.
Por Novelda y Monóvar se va el Sol
del crepúculo como fuego avivado
en esta soledad de la sombras
que anidan en el celúreo horizonte.
La tarde se ha puesto su jersey
naranja brumoso y se ha marchado
a dar una vuelta con la amiga luna
y el botellón de los jóvenes marchosos.
Ramón Palmeral