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El Palmeral y San Gabriel
In extremis se
salvó tu palmeral milenario, hermano del de Elche/Elx y Orihuela, junto al
barrio de San Gabriel camino del aeropuerto, salvando el barranco de las
Ovejas, que no mansas algunas veces se dejó ver con anegadas lluvias, hasta que
una obra de acondicionamiento se puso en macha y todavía anda de máquinas
excavadoras entregadas al fiel trabajo de remover tierras.
El ferrocarril y la carretera no
solamente afectaron al palmeral directamente disminuyendo sus dimensiones, sino
que lo separaron y aislaron del mar mediante una sólida barrera rompiendo la
relación directa que tenía antes. La creación y extensión del barrio de San
Gabriel entre 1920 y 1930 y la instalación de una industria de aluminio entre
1952 y 1956 supusieron dos nuevos y peligrosos ogros para la extensión y
pervivencia del Palmeral.
Sobre los años noventa mostraba un
aspecto selvático, abandonado, hasta que un proyecto municipal lo rehabilitó
para uso público. En 1997 se inauguró el nuevo parque del Palmeral. En él se
crearon accesos y aparcamientos, se rodeó con un muro de piedra entre amarillos
y ocres, y se habilitó para introducirle agua bombeada del mar en un circuito
cerrado y además accesorios como columpios, kioscos, un circuito para
bicicletas
Este parque regado por la famosa
catarata de un río artificial, y lagunas con barcas, pérgolas, asientos, se caracteriza por tener una gran
vegetación autóctona, típica de esta zona. Contiene más de 7.000 palmeras, de
la familia de las aceráceas. Las palmeras son monocotiledóneas y arborescentes,
esto quiere decir que las hojas de la corona final del tallo están divididas en
forma de pinada o palmada.
En este parque también nos podremos
encontrar con otro tipo de palmeras, como la palmera datileras, esta palmera
puede llegar a medir unos 20 m de alto y de 30 a 40 cm., de anchura. Sus hojas
son de 6 a 7 metros de longitud. Sus frutos son los llamados “gargantilla de
oro” por Miguel Hernández, que son de color naranja, son carnosos y dulces y
miden de 3 a 9 cm.
Hace años que tomaba mi caballete y mis
punturas y me iba a pintar del natural imitando a los pintores franceses impresionistas. La mejor
época era sin duda la primavera tarda. Tenía mucho éxito de público, incluso
una vez una niña metió el dedo en el lienzo para ver qué era aquella pasta
aceitosa del óleo con colorines.
De este palmeral sacaron el Himno de
Alicante:
Som fills del poble, que té les xiques
com les palmeres de junt al mar.
com les palmeres de junt al mar.
(Del libro "Robinson por Alicante", de Ramón Fernández Palmeral, Alicante, 2013.