(Si el sello está usado valen más) |
76 aniversario del primer correo submarino del mundo
Por: mallorcadiariodenautica.com el 11 agosto 2014 | Comentar
Foto: Sellos emitidos para franquear el correo submarino
Hoy se cumplen 76 años de una efemérides marítima poco conocida, la cual, como sucede en este país con casi todas las cuestiones relacionadas con el mar ha caído en el olvido. Es cierto que cuando se cumplieron 50 años en 1998, la Armada y Correos lo celebraron, pero prácticamente no tuvo repercusión fuera de los grupos de iniciados del mundo de la mar.
En 1938 dada la situación provocada por la Guerra Civil Española, que se encontraba en pleno apogeo, la correspondencia entre las dos zonas y en el interior de las mismas se veía limitada, siendo sumamente complejo mantener la comunicación entre poblaciones adictas a uno y otro bando. Para conseguirlo se utilizaban servicios aéreos y marítimos, sin embargo, el correo submarino fue un recurso al que se llegó por imperativo de las circunstancias.
El servicio de Submarinos se venía ya utilizando, para llevar correo a los buques en la mar cuando Arturo Fernández Noguera, director de la agencia filatélica oficial de la República Española, propone que el correo entre Barcelona y Mahón sea operado por submarinos, así como la emisión de una serie especifica de sellos para este tipo de correo.
La idea fue bien acogida por el Gobierno republicano, a la sazón con sede en Barcelona y se dictó la correspondiente orden de emisión.
Si bien se presentó un proyecto de la casa Rieusset de Barcelona en el que se proponía que los sellos del correo submarino tuvieran como motivo a Isaac Peral y el prototipo del submarino construido por él , a Narciso Monturiol y el Ictíneo y a un submarino en inmersión como alegoría del servicio de correo submarino. Finalmente, se eligieron tres modelos correspondiente a submarinos en servicio en aquella época.
En los sellos de 1 y 15 pesetas aparece el submarino denominado D-1. Construido en Cartagena, si bien se inició en 1933 no fue botado hasta 1944.
En los de 2 y 6 pesetas figuraba el Tipo A-1, tres unidades de los cuales prestaban servicio en la Marina Republicana y habían sido adquiridos hacía muchos años en Italia.
En los timbres de 4 y 10 pesetas figuraba el submarino clase B, construidos por la Sociedad Española de Construcción Naval, precedente de la actual Navantia, poseían un desplazamiento de 720 toneladas y seis de ellos llegaron a estar en servicio.
Si bien existía una cuarta clase de submarinos denominada clase C, también construidos en Cartagena, no apareció en ninguno de los sellos emitidos, dándose la curiosa circunstancia de que fue precisamente un submarino de la clase C el que realizo el primer viaje de correo submarino entre Barcelona y Mahón en Menorca.
C-4 era la denominación del submarino que realizó el transporte de dos sacas y unos trescientos certificados en el viaje inaugural el 11 de agosto de 1938, utilizando los sellos emitidos al efecto.
Foto: Postal del Submarino “Tramontana” (S-74) cuando realizó el viaje conmemorativo del 50 aniversario, franqueada con el sello y el matasellos creados para la ocasión
Curiosamente, el C-4 se hizo tristemente célebre, años más tarde, en 1946 cuando en unas maniobras realizadas frente a la Base de Sóller en Mallorca, el submarino emergió de improviso y fue pasado por la roda por el Destructor Lepanto, partiéndolo por la mitad, pereciendo en el accidente toda la tripulación. El C-4 en la época de su desaparición era considerado como uno de los mejores submarinos de la Marina Española y estaba al mando de todo un as de los submarinos y un marino que tenía un gran futuro por delante, el Capitán de Corbeta Francisco Reina Carvajal.
Para la realización del primer viaje y de forma que existiera un testimonio fidedigno de su realización se invitó al corresponsal del periódico americano Saturday Evening Post. El funcionario de correos que realizó la travesía fue Tomás Orós Gimeno y según declaró públicamente tras la realización del mismo, “el buque salió del puerto a las 8 horas de la tarde del 12 de agosto, sin que hubiera contratiempo alguno durante el viaje de ida, que se hizo sin que el submarino se sumergiera. A la llegada a la isla, el Comandante Militar de la Plaza nos dio los documentos acreditativos del viaje”.
Estos documentos se encuentran hoy custodiados en el Museo Naval de Madrid. Continuó relatando “A las 10 de la noche del día 17 se emprendió el viaje de vuelta, realizándose casi siempre sumergido, debido a presencia de aviación enemiga”
El correo submarino funcionó en muy pocos viajes, porque a pesar del intento la supremacía del bando nacional en el mar y en el aire hacia demasiado peligroso el viaje para unos submarinos que no estaban bien mantenidos y que apenas podían hacer inmersión con seguridad.
Con motivo del 50 aniversario de esta efemérides, el Submarino Tramontana (S-74), al mando del entonces Capitán de Corbeta Domingo Olivo Esparza realizó un viaje conmemorativo con correo entre Mahón y Barcelona los días 5 y 8 de febrero de 1988, emitiéndose un sello conmemorativo para la ocasión.
Foto: Sobre franqueado creado con motivo del 50 aniversario de la efemérides marítima.
El 12 de agosto de 1938 el sumarino C-4 parte de nuevo rumbo a Mahón llevando dos sacas que contenían 100 tarjetas postales y 300 certificados. También se embarcaron unas 1.100 cartas de correspondencia normal, figurando en todos los sobres el matasellos con el cuño "Correo Submarino 11/agosto/1938. Barcelona", así como dos días después otro cuño con el texto "Correo Submarino 13/agosto/1938. Mahón”, aunque el viaje de regreso fue efectuado el 17 de agosto. Curiosamente, el primer correo submarino del mundo se realizó navegando en superficie, sin que se registrara contratiempo alguno. Sin embargo, en el viaje de vuelta y para poder zafarse del acoso de los aviones sublevados con base en Palma de Mallorca, tuvo que navegar casi siempre en inmersión. La razón del envío de correo a Mahón tuvo por objeto levantar la moral de la población y lograr una acción propagandística de favorable impacto en Menorca, ya que era la única isla del archipiélago balear que permanecía en el bando de la República y se encontraba prácticamente aislada a causa del bloqueo de los buques y aviones nacionales, que impedían la llegada de toda clase de suministros.
El mismo día que llegó a Barcelona, una vez desembarcadas las sacas de correo, continuó viaje hasta Cartagena, donde arribó el día 20, saliendo de nuevo el 23 en compañía del C-2, con quien efectuó hasta finales de mes la vigilancia de las aguas próximas, sin resultado positivo. El mes de septiembre continuó con la protección de la zona del cabo de Palos, hasta que el día 12 entró en dique seco para recorrido de la obra viva, hasta Navidad.