Os muestro dos leones en piedra desconocidos para mí, fotografiados la mañana del día 11 de mayo de 2013, por Ramón Palmeral.
Se piensa que lo leones no corresponde la obra original sino que son posteriores. Pero de esto no sabemos nada.
13.- Castillo de San
Fernando
El castillo
de San Fernando es uno de tus hijos abandonados o bastardos, diría, de esos que
no cuentan en la herencia. Hoy se utiliza, principalmente, como soporte de
cinco antenas de comunicación que lo condenan al olvido. Quizás no sería mala
idea incluirlo en la ruta de los autobuses turísticos.
Tomo la larga
calle del escultor Bañuls, se trata de Vicente
Bañuls Aracil (1866-1935). Al final encuentras una rotonda con jardín y una
columna con fuste estriado o acanalado en cuyo capitel dórico vemos una vaso ornamental
ricamente decorado, este es el monumento a los héroes fallecidos en la Guerra
de Independencia en 1808. Una lápida de mármol en el pedestal recuerda el CL aniversario. El monumento fue rehabilitado en el 2008.
Aquí está la cafetería del Monte Tossal y la Sala
Polivalente, donde la Asociación de Artistas Alicantinos expone a sus pintores
noveles y poemas de Pilar Galán. Detrás se construyó un parque temático sobre
el monte Tossal, que según parece ser no ha sido muy bien aceptado por los
vecinos y aparece con gaffitis y suciedad.
Al fondo
de una carretera con bolardos se adivina una enterada al castillo que
tiene una pasarela sobre un amplio foso, ya que el terreno presenta una considerable
pendiente.
En el acceso al castillo desde el Barrio de
San Fernando se encontraba el busto de Heliófilo, obra de Samper. Tras la
guerra civil fue desmontado, ignorándose su paradero actual. En la parte sur se
halla la puerta de acceso principal custodiada por dos leones de piedra labrada
posiblemente posteriores a 1813, cuando se construyó de prisa y con
deficiencias durante la guerra de la Independencia
contra los franceses. Se hizo con el propósito de ser una prisión y para
reforzar las posibilidades de defensa del castillo de Santa Bárbara. Nunca se llegó
a usar, ya que en Alicante no llegó a haber ocupación francesa, aunque el general francés Louis-Pierre Montbrun
bombardeó la ciudad el 16 de enero de 1812 desde la zona de
Altozano.
Este espacio
amurallado es como un buque fantasma en medio de la ciudad, pues nunca tuvo
uso, quizás por eso la voraz dentadura del tiempo acabe con él, pues presenta
en una grave grieta visible en la albarrana circular. Se desmoronan solos,
sobre todo cuando no se le da un uso museístico municipal, social o cultural.
Un museo de armas antiguas sería quizás la solución más recurrente, pero
estamos en tiempos de crisis, y los recortes nos llevan irrevocablemente a más
ruina y abandono de todo aquello que supone historia e infraestructuras
antiguas.
Del libro "Robinsón por Alicante", de Ramón Fernández Palmeral.