Ficus talado y arrancado. Alicante

domingo, 25 de octubre de 2020

150 años del nacimiento del pintor eibarrés Ignacio Zuloaga ty Zabaleta

 

IGNACIO ZULOAGA. (Filatelia)

sello_10997Zuloaga Zabaleta, nació en la localidad guipuzcoana de Éibar en el año 1870 hijo de Lucia Zabaleta y del eminente damasquinador Placido Zuloaga, desde muy joven se inicia en la pintura estudiando y copiando las obras expuestas en el Museo del Prado (1886) más tarde se trasladará a Roma (1889) y a París (1890) donde se establecerá, entrando en contacto con destacados artistas franceses: Degas, Gauguin, Toulouse Lautrec, Máxime Dethomas, etc… así como con pintores catalanes allí residentes.

En 1895 se instala en Sevilla y a partir de 1898 pasa largas temporadas en el taller segoviano de su tío Daniel. Segovia, sus hombres y sus campos serán los temas preferidos de sus pinturas en esta época. En el año 1899 contrajo matrimonio con Valentine Dethomas, hermana de su amigo el pintor Máxime.

 

 

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RETRATO DE SU TÍO DANIEL

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SEGOVIA

En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX Zuloaga participara reiteradamente en grandes muestras internacionales, entre otras: Exposición Universal de París (1900) Exposición Nacional de París (1894, 1898, 1903, 1908 y 1914) Exposición Internacional de Barcelona (1907) Bienal de Venecia (1910) Exposición Internacional de Roma (1911) etc. En muchas ocasiones fue galardonado, a pesar de la indiferencia, cuando no hostilidad mostrada por las autoridades artísticas españolas.

Realiza también numerosas exposiciones en ciudades europeas y americanas: Bruselas, Colonia, Dusseldorf (1904), Bilbao, (1901) París, Burdeos, Múnich, Budapest, Berlín (1902) Praga, Rotterdam, Amberes, Lieja, Venecia, Dresde, Viena (1905) Nueva York, Búfalo, Boston (1909) México, Chile, Buenos Aires (1910) etc.

En 1914 inaugura Santiago-Etxea, su casa en la localidad en la localidad costera de Zumaia, circunstancia que no le impedirá abrir un nuevo estudio en Madrid (1920) donde murió en 1945.

Zuloaga tuvo una intensísima vida artística y cultural, destacando su colaboración con el mundo del espectáculo musical (escenografía para el Retablo de maese Pedro, y para la vida breve, ambas de Falla, los bocetos para goyescas, de Granados, etc.). También comprara la casa de Goya en Fuendetodos y el castillo de Pedraza, colaborara igualmente de forma activa en la conversión del convento de San Telmo de San Sebastián en el museo Municipal, etc. Fue también un retratista muy solicitado por la nobleza y hombres de negocios.

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RETRATO DE ZULOAGA (IZQ) DE MANUEL DE FALLA

Además de la pintura, la fiesta de los toros fue su otra pasión, consiguió aunar ambas, pues una parte importante de su producción pictórica tiene temática taurina.

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FUENTE: GUIPUZCOA EN SUS SELLOS

Julio Romero de Torres en la filatenia y la numismática


El billete de 100 pesetas de 1953 y la “Mujer Morena” de Julio Romero de Torres

El billete de 100 pesetas de 1953 y la “Mujer Morena” de Julio Romero de Torres

Por Vanessa Montesinos Muñoz.

miércoles 02 de marzo de 2016, 03:17h

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Continuamos con los billetes realizados por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, y el que hoy nos ocupa fue mandado hacer el 7 de abril de 1953, aunque no se puso en circulación hasta el 13 de mayo de 1955.

Anverso y reverso del billete de 100 pesetas, emitido en 1953. Cortesía Félix Cuquerella.

En su anverso aparece un retrato del pintor Julio Romero de Torres y en el reverso su cuadro “La Fuensanta”; la marca al agua es la cabeza de una de las modelos de Romero de Torres. El grabado corresponde a José Luis López Sánchez Toda, que ya citamos en el artículo referente al billete de 500 pesetas de 1954. Impreso en litografía y calcografía, su tamaño es de 134 x 88 mm. y su tirada de 981.200.000 ejemplares. El papel procedía de la fábrica de Burgos y llevaba la numeración en el anverso y otras cuatro en los márgenes blancos del reverso, estampillados con tinta roja. El 10 de mayo de 1978 se anunció su retirada oficial de la circulación.

Serie de 10 sellos dedicada a Julio Romero de Torres. Cortesía Mercado Libre.

En marzo de 1965 la FNMT realizó una serie de diez sellos dedicada al pintor y su obra, además del autorretrato de Romero de Torres, nos encontramos con los siguientes cuadros: parte central de “Poema de Córdoba”, “Chiquilla Piconera, “Viva el Pelo”, “La Copla”, “Virgen de los Faroles”, “La Niña de la Guitarra”, “La Niña de la Jarra”, uno de los laterales de “Poema de Córdoba” y “Marta y María” Todos ellos con marco dorado, bordes dentados y diferentes tonalidades y valores.

Retrato de Julio Romero de Torres. Entretanto Magazine.

Julio Romero de Torres nació en Córdoba el 9 de noviembre de 1874, su padre fue el pintor romántico Rafael Romero Barros. Vivía cerca del Museo de Pinturas de Córdoba, donde su padre era conservador, y de la Escuela y Conservatorio de Música, rodeado de arte por todos los lados, es normal que la vocación artística de Julio fuera temprana. Siguió los pasos de Rafael en pintura, obteniendo reconocimientos por su trabajo, como la medalla de segunda clase en un certamen de la Escuela Provincial de Bellas Artes, con tan solo catorce años. Durante estos primeros años de aprendizaje presta especial atención al paisaje y al dibujo, técnica que permanecerá en toda su obra.

Participa en la restauración de los artesonados de la Mezquita de Córdoba. Con el cambio de siglo obtiene plaza de auxiliar de Colorido y Composición en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Córdoba. En 1913 fue nombrado vocal del patronato del Museo de Pintura y un año después se encargará de la catalogación y restauración de las colecciones, siendo nombrado ayudante del director. Este trabajo no le apartó de colaborar en publicaciones periódicas tanto nacionales como cordobesas, con dibujos y pinturas.

Viajó a Marruecos, París, Londres y los Países Bajos, estos destinos marcarán su obra de diferente manera.

En 1916 se traslada a Madrid para formar parte de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado (Academia de Bellas Artes de San Fernando), como profesor de dibujo del Antiguo y Ropaje. Se instala en la carrera de San Jerónimo, pero su estudio se ubica en el Palacio Longoria, donde recibe la visita de la reina regente Mª Cristina. También se dedicó a diseñar carteles publicitarios, por lo que formó parte de un jurado de carteles. Su amor por el cante hace que se le nombre miembro del jurado del Concurso de Cante Hondo, lo que hará que su interés crezca.

En 1929 regresa a su casa de Córdoba, situada en el museo de Bellas Artes de la ciudad, para recuperarse de su dolencia hepática, que según las malas lenguas proveía de la vida de alterne que había llevado. El pintor fallece allí el 10 de mayo de 1930.

Su primera etapa se caracteriza por unir las influencias modernistas, prerrafaelitas y simbolistas. Sus primeros cuadros presumen de una gran luminosidad y de una técnica suelta que irá abandonando. En sus pinturas de denuncia social vemos como su paleta se oscurece y deja atrás el naturalismo. Es ahora cuando comienza a desarrollar el género femenino místico y ensoñador, con figuras de mayor intensidad y melancolía, que más tarde cargará de la sensualidad que identificará su obra. A través de sus retratos femeninos podemos ver cómo evoluciona su pincelada, destacando la precisión técnica y el contraste de las tonalidades suaves de ropajes y pieles, con los fondos oscuros. También realizó retratos de familia, donde los retratados se colocan delante de un paisaje con una referencia arquitectónica, recordándonos a los decorados teatrales. En sus pinturas encontramos elementos alegóricos de su interés, en los que homenajea a la muerte, el amor, el mundo taurino o el flamenco. Se vuelven indispensables en sus composiciones el agua, barajas de cartas, frutas o utensilios domésticos.

“La Fuensanta”, Julio Romero de Torres. Wikipedia.

La Fuensanta es un óleo y temple sobre un lienzo que mide 100 x 80 centímetros. María Teresa López fue la mujer que sirvió de modelo para Julio Romero de Torres en éste y muchos otros cuadros, es la mujer morena de la copla, la reina de las mujeres. Es de los últimos cuadros del autor, fechado en 1929, año en el que se exhibió en el Pabellón que Córdoba tenía en la Exposición Iberoamericana que se celebró en Sevilla. El pintor lo había cedido con el deseo de venderlo. Fue adquirido por un coleccionista y desde entonces había estado en paradero desconocido, hasta que en 2007 se localiza gracias a una exposición que se celebra en el Museo Casa de la Moneda de Argentina: “Arte en el Dinero. Dinero en el Arte”. Es entonces cuando su propietario, un abogado argentino que lo compró en 1994, le pide a Mercedes Valverde, directora de los Museos Municipales de Córdoba y experta en la pintura de Romero de Torres, que lo autentifique para venderlo. El Ayuntamiento de Córdoba lucha por hacerse por él, pero la cifra de la tasación es muy elevada, entre los 600.000 y los 900.000 euros, por lo que a finales de ese mismo año se subastó en la sede londinense de Sotheby´s. A pesar de que el Ministerio de Cultura pujó por la obra, ésta se vendió a un coleccionista privado que pujaba por el teléfono, por 1.173.375 euros.

En el cuadro vemos a una joven Mª Teresa, sentada con el cuerpo girado, que mira directamente al espectador, abrazada a un cántaro de cobre, tal vez descansando, en la parte superior izquierda vemos un caño del que brota el agua. Su vestimenta es sencilla: falda roja como los pendientes, camisa blanca y manto ocre contrastando con el fondo de tonos neutros. La zona central del cuadro destaca por la luminosidad que desprende la modelo. A la altura de la cara de la joven, en el cielo, se abre un claro de luz, que junto con los ojos oscuros de Teresa, llaman la atención de aquel que observa la obra, sobre los brillos del cántaro metálico.

¿Cómo pudo servir este cuadro de modelo para un billete? La intención del artista era clara, quería venderlo por lo que hizo una fotografía del mismo antes de que se expusiera en la Exposición Iberoamericana, que fue la que se usó para su reproducción en el billete de 100 pesetas que nos ocupa.

En 2013 el Museo Carmen Thyssen de Málaga realizó una exposición dedicada al pintor cordobés bajo el nombre Julio Romero de Torres. Entre el mito y la tradición, en la que también se realizó un ciclo de conferencias, que contó con este cuadro entre sus obras expuestas, el 8 de septiembre de este mismo año, el cuadro volvió a su dueño. Nada se sabe de quién fue la persona que lo cedió para la exposición y cuál es su paradero actual.

Bibliografía:

  • A.A.V.V.: Catálogo especializado. Billetes de España. Editorial Edifil. 3ª Edición. Madrid, 2002.

EL PAÍS. CULTURA: 'La Fuensanta', de Romero de Torres, subastada por casi 1,2 millones de euros.

http://cultura.elpais.com/cultura/2007/11/14/actualidad/1194994804_850215.html

ENTRETANTO MAGAZINE: Julio Romero de Torres – Entre el mito y la tradición.

http://www.entretantomagazine.com/2013/04/29/julio-romero-de-torres-entre-el-mito-y-la-tradicion/

LA CULTURA DEL XIX AL XX EN ESPAÑA: Julio Romero de Torres.

http://www.modernismo98y14.com/julio-romero-de-torres.html

Montesinos Muñoz.

Perito Antiques.

peritoantiques@gmail.com



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lunes, 21 de septiembre de 2020

Billete del Banco de España de Ignacio Zuloaga de 500 peseras de 1954

 

Paisajes de Zuloaga, el billete de 500 pesetas de 1954

Paisajes de Zuloaga, el billete de 500 pesetas de 1954

Por Vanessa Montesinos Muñoz.

miércoles 03 de febrero de 2016, 01:12h

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El 24 de junio de 1941, por medio de un Decreto, el Gobierno toma la decisión de encomendar a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid el proceso de producción del papel moneda, dejando atrás a todas los fabricantes extranjeros a los que se le había encargado antes. Estos primeros billetes no tienen unas características concretas en cuanto al diseño, la leyenda “Peseta de Curso Legal” será sustituida por un número de serie, en su mayoría de tinta roja, en el anverso, puede ponerse una o dos veces y en el reverso podemos verlo en dos esquinas opuestas, o bien en las cuatro. En la parte central baja del anverso leeremos “FCA. NAL. DE MONEDA Y TIMBRE”. Y en el reverso la imagen sale encuadrada en un marco rectangular en el que se añade el valor del billete y “BANCO DE ESPAÑA”.

El billete del que tratamos fue mandado hacer en 22 de julio de 1954, pero no se puso en circulación hasta el 19 de octubre de 1958. En su anverso, vemos a Ignacio Zuloaga, grabado por Alfonso López Sánchez Toda y en el reverso, un cuadro de Zuloaga: “Vista de Toledo”, grabado por José Luis López Sánchez Toda. La marca al agua es la cabeza de Zuloaga. El tamaño del billete es de 146 x 95 mm. y su tirada fue de 215.291.000 ejemplares.

Anverso y reverso del billete de 500 pesetas de 1954 “Zuloaga”. Cortesía Félix Cuquerella.

Los hermanos López Sánchez Toda[i], son un referente para los grabadores de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. José Luis nació en 1901 en Madrid en el seno de una familia de clase media dedicada al mundo de las leyes. Fue profesor de su hermano menor Alfonso en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, donde obtuvo premios y distinciones en las asignaturas de dibujo del natural y de grabado, especialidad a la que se dedicaría posteriormente. En 1923 y 1934 se le entregó el Premio Nacional de Grabado. En el 43 consiguió la tercera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes, y la segunda en la edición de 1945. En los Salones de Otoño que se celebraban en Madrid obtuvo la segunda y primera medalla en los años 52 y 54 respectivamente.

Su especialidad eran los trabajos a buril sobre acero para aplicarlos al papel moneda y a los sellos postales. Su maestro fue Enrique Vaquer, grabador muy relacionado con las casas inglesas de las que ya hemos hablado en otros billetes: la Bradbury & Wilkinson y Thomas de la Rue. Además fue el encargado de la emisión de algunos grabados de Alfonso XIII, quién entre otros, le recomendó para que entrara a formar parte de los grabadores de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, donde ingresó por oposición en 1924, y donde desarrolla su carrera profesional hasta que se jubiló. En 1932 fue pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios en Estados Unidos, donde investigó en el Bureau of Engraving and Printing y trabajó para la Republican Bank Note Co. de Pittsburg. Entre 1927 y 1963 fue profesor de grabado en la Escuela Nacional de Artes Gráficas y pasó a formar parte del claustro de profesores de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Escribió el libro “El arte de grabar el sello”, editado por EMEUVE, de Barcelona, en la colección “La Corneta”.

Alfonso López Sánchez Toda, hermano del anterior, nació en 1914 y fue perito grabador del Banco Nacional de España, plaza que se sacó por oposición. Junto con su hermano lograron que los billetes españoles dejaran de fabricarse en casas extranjeras, y además de este billete, realizaron otros más juntos. Fue profesor en la Escuela Nacional de Artes Gráficas y autor de billetes portugueses, argentinos e incluso, de las Islas Seychelles.

“Autorretrato” Ignacio Zuloaga.

Wikipedia

Ignacio Zuloaga y Zabaleta, nació en Eibar en 1870, dentro de una familia de artistas. Su padre era orfebre y sus tres tíos reputados ceramistas. Su infancia transcurre entre su casa y el taller familiar, donde al estar en contacto con las obras de arte y el escaso interés que demostraba por los estudios, le empujaron a dedicarse al dibujo. Fue tras una visita al Museo del Prado tras la que Ignacio decidió dedicarse a la pintura y recorrer el mundo. En 1899 se traslada de Roma a Paris, donde conoció a Ramón Casas y Santiago Ruisiñol. Se relaciona con diferentes artistas y expone su obra en 1892 junto con Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Emile Bernard, Bonnard y Gauguin en la galería Barc de Bouteville. Compartió estudio con Gauguin y el escultor Paco Durrio. Visita el Louvre con cierta frecuencia para estudiar a los maestros de la pintura española. En su obra predomina la pincelada larga y segura, los tonos oscuros y la aparición de figuras descentradas en las composiciones, clara influencia de Degas. Tras varios años en Paris, se traslada a Segovia, donde trabaja su tío Daniel, convirtiéndose la provincia en su motivo de inspiración.

Se enfrentó con las autoridades artísticas españolas que le consideraban “antipatriota” por los temas que elegía para sus cuadros, lo que le proporcionó una gran relevancia en los medios españoles y extranjeros. Muchos miembros de la Generación del 98 y del 14 le defendieron a lo largo de los años. Pero mientras en España se le criticaba, en Europa y Estados Unidos iba ganando importancia, incorporándose cuadros suyos a diferentes museos y recibiendo multitud de galardones. Tal es su éxito, que en 1926 con el fin de inaugurar el nuevo edificio del Círculo de Bellas Artes, Ortega y Gasset y Marañón promovieron la primera exposición de Zuloaga en Madrid.

Durante la II República se le nombra presidente del patronato del Museo de Arte Moderno. Se mantuvo neutral al principio de la Guerra Civil, pero en 1937 cuando Eibar fue destruida, creyendo que había sido fruto de la destrucción de los milicianos en su retirada, decidió marchar a Paris, donde comenzó a apoyar el régimen de Franco.

En sus últimos años, se dedicó a pintar bodegones y paisajes sobre todo de Castilla, para sí mismo y para ganarse la vida retrató a diferentes personalidades. Falleció en 1945, mientras se trasladaba a Madrid.

“Vista de Toledo” (1932), por Ignacio Zuloaga. Foto de la autora.

En 1913 pinta su cuadro Maurice Barres con Toledo al fondo, queda tan impresionado con la capital manchega que se convertirá en inspiración para varios de sus cuadros. Desde 1924 hasta 1938 plasma diferentes vistas de la ciudad hasta seis veces, diversas interpretaciones y tonalidades cromáticas para un mismo tema. La que aquí nos ocupa es una de las dos que hizo en 1932, contrasta con los otros pintados por el efecto luminoso y la ausencia de seres vivos. Se ve la ciudad desde el puente de San Martín, en el lado de los cigarrales, en un día muy claro. El sol está bastante alto, pero su intensidad lumínica se ve atenuada por las nubes. En primer plano vemos la silueta del puente, las aceñas y en un segundo plano, la ciudad: monumentos, casas, jardines o huertos cercados por tapias. Zuloaga tenía sesenta años y su vida carecía de inquietudes latentes, esa tranquilidad se puede apreciar en la serenidad del cuadro, al igual que los años de experiencia acumulados. Tanto le gustó, que decidió no venderlo y se la dedicó a su esposa, Valentine Dethomas, por eso la firmó sólo con su nombre: Ignacio, algo que no se ha habitual en el resto de su obra. Esta obra se encuentra en el Museo de Zuloaga ubicado en el Castillo de Pedraza (Segovia), que compró el pintor en 1925 debido a la admiración que sentía por las tierras castellanas, tantas veces plasmadas en sus composiciones. En 2011, su nieta abre el castillo al público, en donde además de este cuadro podemos ver otras obras del artista y de su colección. Esta obra ha participado en la exposición Ignacio Zuloaga y Manuel de Falla: Historia de una amistad, celebrada en el Palacio de Telecomunicaciones y organizada por Centro Cibeles del 25 de septiembre de 2015 hasta el 31 de enero de 2016.

Notas

1 Para los interesados en su obra, es más fácil encontrarlo como Sánchez Toda, quitándole el López.

Bibliografía

  • A.A.V.V.: Catálogo especializado. Billetes de España. Editorial Edifil. 3ª Edición. Madrid, 2002.
  • FERIA Y PÉREZ Rafael: La Peseta. Historia de una época. Edita Recoletos Grupo de Comunicación, S.A. Madrid, 2002.
  • LAFUENTE FERRARI, Enrique: “Los paisajes de Ignacio Zuloaga” Príncipe deViana. Nº 33. Año 9. Navarra, 1948. pp. 432-466.
  • NAVARRO OLTRA, Guillermo (coord.): Autorretratos del Estado. El sello postal del franquismo. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha ; Santander : Publican, Ediciones de la Universidad de Cantabria, D.L. Cuenca, 2013
  • PALACIOS BAÑUELOS, Luis: Seis escenarios de la Historia. Librería-Editorial Dykinson. Madrid, 2008.
  • TORQUEMADA, Blanca: “Alfonso Sánchez Toda, grabador de billetes”. ABC. Madrid. Domingo 15 de noviembre de 1998. p. 79.

LA CULTURA DEL XIX AL XX EN ESPAÑA


Tomando de Numismática Digital
Notas mías:
Pintó retratos del Generalísimo Francisco Franco Bahamonde, por encargo, como lo hieron otros muchos  pintores de la posguerra como Revello de Toro... No se le puede tachar de franquista. La historia no se puede borrar.