Muere Perfecto Arjones, el fotógrafo que mejor plasmó la transformación de la provincia de Alicante
Perfecto Arjones Ibáñez se marcha dejando un legado que no tiene parangón, una crónica gráfica a través de miles de imágenes que plasman la transformación urbanística y social de la provincia hacia la época moderna, pues a través de su cámara fue partícipe de todos los cambios, desde el industrial al agrícola, desde el deportivo al cultural, en años decisivos para la evolución del país. El que fuera fotógrafo de INFORMACIÓN entre 1964 y 1986 y colaborador hasta tiempos muy recientes mediante la sección «Qué foto la de aquel día», que rescataba algunas de las mejores estampas gráficas que firmó hace medio siglo, falleció a los 78 años en la madrugada de este Martes Santo sin procesiones, esos desfiles que tanto juego dan para la retina, y el objetivo, de un fotógrafo, a causa de una enfermedad que ha dejado huérfana a su familia y en duelo a este diario, y en cierto modo a la sociedad alicantina que durante más de dos décadas conoció la actualidad a través de las certeras imágenes de Perfecto Arjones. Un reportero gráfico con alma de artista, rayano en la perfección, que captó desde los últimos tranvías a acontecimientos que cambiaron la suerte de esta tierra empujándola hasta convertirse en potencia turística, como la inauguración del aeropuerto en 1967; e inmortalizó a mitos en sus visitas a la provincia como Maradona, Di Stéfano, Lola Flores, Raphael, Albano y Romina, o Paul McCartney, en la entrevista que hizo al exBeatle una de sus compañeras y leyenda viva del periodismo, Pirula Arderius. También fue fotógrafo de Deportes en la extinta Hoja del Lunes.
Nacido en Vigo en 1943, Perfecto «Cholas» Arjones, trabajó en el Faro de Vigo hasta que en 1964 se trasladó a Alicante con su mujer, Pilar Gómez (que no le soltó la mano en sus últimas horas) para trabajar en INFORMACIÓN, dirigido entonces por Félix Morales. Aquí nacieron sus cinco hijos, Susana, Óscar, Rafael, Bárbara y Nadia, que le dieron ocho nietos y tres bisnietos, sus «tigres», como les llamaba cariñosamente.
Muy emocionado, su hijo Rafa, jefe de Fotografía del periódico, explicaba con el fatal desenlace aún muy reciente que «su familia era su pasión» y que se ha marchado «muy pronto, tenía muchas ganas de hacer cosas», como un archivo fotográfico como legado a la provincia ya que creía que su deber era dejar testimonio de una época.
Rafa Arjones, conocido también en todo Alicante, lleva en los genes la pasión por captar la vida en un instante. Lo lleva haciendo desde los 15 años, siguiendo los pasos de su padre. Quién mejor que su hijo para explicar que la persona de quien heredó la inspiración «siempre ha estado ahí, haciendo cosas. Estaba recuperando su archivo, solo quería dejarlo todo bien ordenado y que reflejase bien la evolución de la ciudad y de la provincia, que tuviesen una memoria gráfica. Los archivos son maltratados y no nos damos cuenta de que son historia; y es lo más importante que puede dejar un reportero gráfico a través de sus fotos. Estaba empeñado en esto desde hace varios años».
También montó exposiciones y publicó libros como «Gente por Alicante», con fotografías de prensa de 1964 a1996, de artistas ilustres; y una obra con motivo del V Centenario de Alicante que incluía imágenes de su hijo, quien recordó a personas que compartieron la vida y recorrido profesional de su progenitor como Antonio González Pomata, periodista especializado en gastronomía a quien se homenajea estos días en una exposición en la Fundación Mediterráneo; y al fotógrafo de la competencia Ángel García.
Pero quien le acompañó a captar con su cámara el Festival de Benidorm, los Moros y Cristianos de Alcoy y a buscar famosos a la sala «El Gallo Rojo», entre cientos de trabajos periodísticos, fue Pirula Arderius, a quien acompañó en un homenaje que les brindó Cruz Roja en 2017 con una exposición conjunta; y en la inauguración de la calle que el Ayuntamiento concedió a la redactora en el centro de Alicante. El Pleno también aprobó hace tres años una calle para Perfecto Arjones que no ha podido ver en vida. En cambio tuvo un ninot a los «ojos más vivos de la Fiesta», los Arjones, plantado en la hoguera Florida Sur en 2014; y el homenaje de la hoguera Port d’Alacant en su llibret de 2015.
Con su hijo Rafa preparaba el libro «Hace 50 años», que éste espera recuperar y acabar. También pretende «que su trabajo esté lo más resguardado posible y que tenga la mayor difusión, que era lo que él quería, que su archivo no se quede guardado y que la gente lo pueda disfrutar». Perfecto Arjones está en el tanatorio La Siempreviva en el Vial de los Cipreses, donde hoy Miércoles Santo se celebrará (11.15 horas) un responso. Descanse en paz el magnífico fotoperiodista