Ficus talado y arrancado. Alicante

domingo, 18 de septiembre de 2011

El sello más caro del mundo (4.5 millones de dólares)



El sello postal más caro del mundo, el sueco “Treskilling amarillo”, fue vendido el sábado en Ginebra a un consorcio internacional que no reveló ni el monto ni la transacción.

“Los miembros del consorcio compraron la estampilla al estimar que se trata de una inversión sólida en estos tiempos de crisis”, según un comunicado de la casa de subastas de sellos postales David Feldman.

La casa de subastas, que precisa que esta estampilla sigue siendo la más cara del mundo, la había vendido ya en 1984, en 1990 y en 1996. Ese año el célebre sello postal sueco alcanzó el precio de 4,5 millones de dólares.

El “Treskilling amarillo” de Suecia fue descubierto en 1885 por un joven estudiante sueco de 14 años que despegaba sellos para venderlos, esperando así conseguir algo de dinero.

..........................Nota....
El precio de todas la obras de arte reside en la oferta y la demandas. Alguien quiere algo que yo tengo y pongo el precio que me parece. En los sellos pasa igual, no importa lo bonito o raro que sean, sino su escasez. Algunas veces, también existe algo de timo, es el propietario quien lo pone a subasta para ver si pica algún tonto, y cuando no hay más tontos que piquen se queda con el sello, y como ha pasado por subasta pública aumenta su valor oficial de mercado. Todo depende de quien quiera comprar un trozo de papel impreso por muy raro que sea. Este comercio es de élites filatélicas muy reducido.
Por los general, creo que los sellos de correos, la filatelia está muy por debajo de su valor, y me refiero a sellos que tiene más de 40 ó 50 años. Se debe a que hubo acaparamiento, es decir, se hacían con cientos de pliegos, y luego con el paso del tiempo hay miles de ellos.
Un sello nunca puede valor tantos millones, no es una inversión segura en el tiempo, porque el papel engomado, no es eterno, alguna vez se picará o se lo comerán las terimitas, si el plástico que lo guarda se pica o emite vapores tóxicos.
En mi caso, no colecciono por invertir en sellos sino por disfrutar de ellos, y más aún cuando con el sistema de Internet podemos darlos a conocer, es un placer infinito.
Con las monedas antiguas: romanas, árabes pasa igual, hay tantas que su valor no sube. En cualquier meracdillo de ciudad o pueblo hay miles.

En general, toda obra de arte original, en el tiempo, es buena inversión sobre todo por las plusvalías que generan.
Ramón Palmeral